¿Qué es la comedia? Quién mejor para responder a esta pregunta en Actores Actrices Revista que algunos de los cómicos y cómicas más importantes de nuestro país, profesionales que han sabido llevar este género a lo más alto, convirtiéndose en grandes referentes de esta disciplina milenaria sobre un escenario o a través de las pantallas. Hablamos con Agustín Jiménez, Sara Escuredo, José Mota, Eva Hache, Jorge Cadaval y Soledad Mallol, los mejores embajadores del humor que han demostrado a lo largo de sus trayectorias profesionales que la comedia no tiene límites.
Aún así, si buscamos su significado más académimco, la RAE la define como una obra teatral en la que predominan los aspectos placenteros y humorísticos, casi siempre con un desenlace feliz. Sin embargo, para quienes la practican, el humor va mucho más allá de esa definición. Para el actor y humorista Agustín Jiménez, la comedia no es solo lo que hace reír, sino que aborda los mismos conflictos que el drama, desmitificando la idea de que siempre debe ser ligera o superficial.
Muchas veces, el humor nace precisamente de la tragedia. Steve Allen, humorista estadounidense, resumió ya en 1957 esta relación con su famosa fórmula: tragedia más tiempo es igual a comedia. Y es que, frente a los obstáculos y los tiempos de incertidumbre, reírse es imprescindible.
Para el comediante Jorge Cadaval, la risa tiene un poder transformador: “¿Tú sabes lo importante que es que tú esboces una sonrisa? Porque estás proyectando energía positiva”. Sara Escudero, actriz y cómica, apunta a la misma idea: “La vida sin drama no tendría comedia. Solo con la perspectiva del humor, el dolor se aligera, se comparte y se aprende”. La risa no solo nos libera, sino que también nos permite entendernos mejor. En la misma línea, José Mota asegura que “la comedia nos salva, incluso de nosotros mismos; es la gran cordura en un mundo loco”.
El poder transformador de la risa no solo reside en la liberación de los conflictos del día a día, sino que también se trata de un arma de comunicación que puede remover conciencias gracias a la crítica social. Como nos decía Jorge Cadaval, “la comedia tiene la potencia y la potestad de mandar un mensaje sin ser hiriente”, o Sara Escudero, “con el humor, como decía Freud, se puede decir hasta la verdad”. Según Agustín Jiménez, que defiende la figura del comediante como creador y no como mero entretenedor: “El cómico, si es artista, será molesto, ácido, ocurrente, comprometido y sufrirá bastante”.
Además, es evidente que la comedia también genera lazos entre las personas, y la relación entre el humorista y su audiencia es clave. Como nos admite Eva Hache, es incapaz de ignorar aquello que pueda pasar en el patio de butacas bajo el lema de “la improvisación es alegría”. Jorge Cadaval, por su parte, siente una adrenalina “maravillosa”, sobre todo, “cuando das el primer toque en la diana y ya tienes al público ahí contigo”.
Soledad Mallol recuerda cómo una anécdota inesperada con su vestuario terminó integrándose en su obra: “En una función, llevaba un sari que se me soltó y cayó al suelo. El público comenzó a reírse, y desde entonces incluimos eso en la obra”. Esa conexión la llena de energía, y confiesa, a pesar de su timidez: “En un escenario, me crezco”.
El cómico, si es artista, será molesto, ácido, ocurrente, comprometido y sufrirá bastante.
Solo con la perspectiva del humor, el dolor se aligera, se comparte y se aprende.
Sin embargo, salir al escenario siempre trae consigo nervios. Sara Escudero admite que, aunque estos nunca desaparecen, aprendió a usarlos en su favor: “Si algo que escribes y lanzas en el escenario ‘no entra’, di un ‘bien, veo que esto solo era gracioso en mi mente’, y en ese momento, se reirán de esa verdad”. Esas pequeñas derrotas, convertidas en oportunidades, fortalecen la complicidad con el público, quien, como atestigua José Mota, es quien termina de escribir un buen espectáculo. Y es que, como dice Jorge Cadaval, “si supiéramos la clave del éxito, todo el mundo tendría éxito”.
Por otro lado, Eva Hache concibe el fracaso como algo con lo que convivir: “El ridículo es parte de nuestro negociado; hay que aprender a compartir la vida con él y a quererlo, como a un familiar lerdo”. No obstante, a pesar de que, como asegura la cómica, “el acto teatral está por encima de las modas y hoy en día hay, más que nunca, una necesidad de espectáculos en directo y ganas de reír”, el paso del tiempo no es algo baladí en este campo; y se van generando nuevas fórmulas y existen choques generacionales.
El humor no es estático; cambia con el tiempo y se adapta a nuevas audiencias. Jorge Cadaval cuenta cómo Los Morancos se han reinventado a través de su canal de YouTube con canciones de crítica social, llegando al público más joven. Sin embargo, asegura que lo esencial permanece: “La gente sigue riéndose de las mismas cosas, como una simple caída. Lo importante es transmitir desde el conocimiento haciendo ver que te lo pasas bien; así, transmites muchísimo más”.
Soledad Mallol, con casi 30 años en el dúo cómico Virtudes, explica que su forma de adaptarse solo pasa por abordar temas que estén “más en candelero”, mientras que para Agustín Jiménez la clave está en mantenerse fiel al arte, aunque reconozca que el público ha cambiado: “Se ha reducido el criterio. La industria del entretenimiento se mueve en la inmediatez y en un disfrute rápido de monodosis. Pero creo mucho en el arte, y las nuevas generaciones también aprecian los contenidos de calidad”.
A pesar de la constante evolución, Eva Hache considera que la esencia del humor permanece intacta: “El jamón de bellota hace mucho que se inventó y sigue gustando”. Para ella, la adaptación reside en el talento y la generosidad del artista, sin traicionarse a uno mismo. Y José Mota lo resume: “Cambian las formas, pero no los fondos”.
No hay nada más serio
que la comedia; la comedia desnuda al ser humano,
es la gran cordura en un mundo loco.
El ridículo es parte de nuestro negociado; hay que aprender a compartir la vida con él y a quererlo, como a un familiar lerdo.
El humor sigue enfrentándose al prejuicio de ser considerado un género menor frente al drama. Cadaval critica que nunca una película de comedia haya ganado un Óscar, y destaca figuras como Buster Keaton, Chaplin o los hermanos Marx. Sara Escudero también reivindica su importancia: “Si nos tomamos en serio el drama, deberíamos hacerlo igual con el humor, porque es el amortiguador de este viaje”. Para José Mota, “no hay nada más serio que la comedia; la comedia desnuda al ser humano”.
A pesar de esto, los comediantes encuentran en la risa un reconocimiento extraordinario. Como dice Soledad Mallol: “El cariño del público suele ser para los que les hacemos reír; salimos ganando”. Eva Hache sentencia: “Las carcajadas son un premio real, vivo, y muy reconfortante. No cambio yo un teatro muerto de risa por un Goya”.
No existe consenso en torno a si es más difícil hacer llorar o hacer reír, pero, desde luego, hacer reír es una tarea complicada. Es por esto por lo que desde Actores y Actrices Revista les preguntamos a los y las entrevistadas: ¿cómo se construye el humor?
Para muchos humoristas, la comedia tiene raíces profundas en la tradición y en las propias experiencias. José Mota menciona a Gila, la generación del 27 y otros grandes clásicos como referentes, quienes, para él, crearon las bases del “humor con mayúsculas, atemporal y absurdo”. Soledad Mallol lo considera también un genio: “Gila podía llegar a todo tipo de generaciones”. Al mismo tiempo, la actriz recuerda que la formación actoral es esencial: “Aunque creas que no la utilizas, siempre está ahí”.
Agustín Jiménez encuentra en El Quijote una fuente inagotable: “Todo está en El Quijote: ese lugar incómodo entre la épica y la parodia, pero siempre desde una fantasiosa verdad”. Asimismo, nos explica que, para conectar con el personaje, él realiza un trabajo intelectual y un conocimiento profundo de la obra, cayendo en su propia trampa: “Entonces, ¿y el sentimiento? Yo qué sé. Pregúntenle a Diderot”. Lo que sí tiene claro es que prefiere optar por recursos que le hagan el menos daño físico y emocional posible: “La comedia es mi vida por lo mucho que siempre me pide”.
Si supiéramos la clave
del éxito, todo el
mundo tendría éxito. Creo que la risa tiene un poder transformador.
El cariño del público suele ser para los que les hacemos reír; salimos ganando, pero no con premios.
Para otros, la inspiración surge de la cotidianeidad. Eva Hache asegura: “Mi inspiración es la propia vida, que es bien rica y bien estúpida”, mientras que Jorge Cadaval señala que crear un sello propio y el trabajo constante son clave: “Los Morancos podremos gustar o no, pero el que viene a vernos puede decir con seguridad ‘Estos tíos se lo curran, se lo preparan y se lo pasan bien haciéndolo’”.
El humor tiene la magia de mostrar lo real, lo que duele y lo que nos une como seres humanos. Es como un espejo que revela verdades que a veces incomodan, alegrías que sorprenden y penas que todos compartimos, transformándolas en risas que no solo alivian, sino que también acercan.
Sara Escudero lo resume de esta forma: “la base del humor es la verdad y el dolor”. El humor se convierte, así, en una fuerza conciliadora, un lenguaje universal, que conecta y reconcilia. Porque, al final, pocas cosas son tan humanas y tan necesarias como reír junt@s.
Texto: Fátima L. Ortiz
Diseño: Alfonso Gómez
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