top of page

ALBA 

PLANAS

"No hay revolución sin amor"

Por: Fátima L.Ortiz y Alfonso Gómez

Octubre de 2024

  • Twitter - Black Circle
  • https://www.instagram.com/uniondeact
  • https://www.youtube.com/channel/UCBg
OK FLO08137.jpg

Alba Planas para Actores & Actrices Revista. Foto: Fátima L.Ortiz

 

Alba Planas, una de las jóvenes actrices españolas más prometedoras del momento, se sienta con nosotros en el icónico teatro Ateneo para hablarnos del gran momento profesional que está viviendo. 

Conocida por su papel como Eva en Skam España y habiendo pasado por series como Express o Días mejores, la intérprete tiene ya a sus espaldas, con tan solo 24 años, papeles emocionalmente complicados y proyectos con grandes veteranos de la interpretación.

Con una sonrisa enternecedora, Alba nos cuenta cómo en sus inicios el nerviosismo y la ansiedad se apoderaban de ella la noche anterior a actuar: “Mi madre tenía que dormir conmigo, me dolía la tripa… […] Mi abuela me decía ‘Pero, hija, ¿seguro que te quieres dedicar a esto?’, porque parecía que lo sufría más que lo disfrutaba”, recuerda entre risas, concluyendo que comprendió finalmente que se trataba de “unos nervios por algo que realmente le importaba”.

Sin embargo, admite que este nerviosismo es algo de lo que es difícil desprenderse aun habiendo interiorizado estrategias a la hora incluso de presentarse a los castings: “Tienes que ir con tu trabajo hecho y sabiendo que no depende de ti”, pero señala el síndrome del impostor como una lacra constante: “Yo creo que nos acompaña absolutamente a todos independientemente de cuál sea nuestro oficio”.

Alba dice estar dispuesta a probar todo el abanico de posibilidades que se abre en su camino, sobre todo, después de haber protagonizado La Virgen Roja, de Paula Ortiz, algo que ha supuesto un antes y un después en su carrera.

OK FLO08123.jpg

Creo que el síndrome del impostor nos acompaña absolutamente a todos, independientemente de cuál sea nuestro oficio

OK FLO08112.jpg

Alba Planas para Actores & Actrices Revista. Foto: Fátima L.Ortiz

 

Tu capacidad para interpretar personajes con conflictos internos ha sido una constante en tu carrera. ¿Cómo te preparas mentalmente para roles tan emocionalmente exigentes?

Yo creo que una de las cosas por las que soy actriz es porque desde muy pequeña tengo un nivel de empatía muy despierto, siempre he tenido mucha curiosidad por conocer al de enfrente. Me queda mucho por aprender, pero eso me ha ayudado a la hora de abordar los personajes, porque, de primeras, aunque luego hay mucho trabajo de investigación y de preparación, cuando leo un guion más o menos sé colocar en el cuerpo la sensación de esos personajes. Y creo que eso es por tener un grado de empatía que los actores compartimos. Por eso, somos tan vulnerables muchas veces, porque nos vamos quitando capas de corazas emocionales y estamos vulnerables a lo exterior.

El personaje que interpreté en la serie Días mejores era una mujer embarazada y yo no he sido madre ni mucho menos. Me preparé el personaje hablando mucho con mujeres que sí que han tenido esa vivencia. Creo que es la manera más correcta de acercarse a las diferentes realidades.

 

¿Qué tipo de papeles o géneros te atraen más actualmente? ¿Hay alguno que aún no hayas explorado pero que te gustaría?

Yo siento que mi carrera acaba de empezar. Me siento muy afortunada porque, para la edad que tengo, he podido interpretar personajes que me han enriquecido un montón, pero me queda un abanico de posibilidades que me encantaría interpretar. No hay un perfil concreto, sino muchas posibilidades, pero todas tienen en común que sea interesante de trabajar, que haya varias capas de emoción y de pensamiento y que sea un reto trabajarlas.

Has trabajado con actores de varias generaciones. ¿Qué aprendizajes o consejos has recibido de compañeros con más experiencia que te hayan marcado en tu carrera?

He tenido mucha suerte en ese sentido porque mi primer proyecto, que fue con un personaje muy pequeño, fue con actores más adultos y veteranos, de la talla de José María Pou, pero enseguida el primer proyecto más grande que tuve fue Skam, en el cual compartía reparto con gente de mi edad y nóveles.

Compartir proyecto con ellos fue una experiencia súper enriquecedora, porque había sensación de escuela de verano, todo el equipo se volcó mucho en enseñarnos. Como para todos era de nuestras primeras experiencias audiovisuales, tuvimos mucho aprendizaje.

Después de ese aprendizaje pasé a los siguientes proyectos con actores con una trayectoria brutal, como Blanca Portillo, Francesc Orella, Maggie Civantos, Marta Hazas... Fue increíble, porque ya tenía un aprendizaje base como para sentirme segura compartiendo reparto con semejantes monstruos de la interpretación, pero a la vez con las ganas y la inocencia, en el mejor de los sentidos, para aprender de ellos.

Aprendes muchísimo de todos y yo he tenido la suerte de compartir reparto siempre con personas que me han cuidado muchísimo, de las que he aprendido muchísimo, y con las que me he sentido una más.

OK FLO08109.jpg

     Me sentiría muy privilegiada si pudiera
vivir de la profesión y 
si pudiera combinar audiovisual
y teatro

Alba Planas para Actores & Actrices Revista. Foto: Fátima L.Ortiz

En tu último trabajo, protagonizas La virgen roja, la nueva película de Paula Ortiz. ¿Qué ha significado este proyecto para ti y cómo crees que va a repercutir esto en tu carrera profesional? ¿Cuál dirías que es el mensaje más potente que busca transmitir esta película?

Desde el minuto uno que me llegó el casting, sabía que iba a ser un proyecto precioso y deseaba con todas mis fuerzas poder tener la suerte de interpretarlo. Y así fue, y me siento súper agradecida. Creo que ha sido un antes y un después en mi carrera, porque, a pesar de ser muy joven, he tenido la suerte de llegar a un proyecto así que me ha ayudado a aprender muchísimo: de Paula, de su manera de hacer, de mirar el mundo, de trabajar, de agarrarnos, de cuidarnos…Y ha sido el personaje más difícil de abordar que he tenido jamás y a la vez, precisamente por la dificultad, del que más he aprendido.

Creo que la peli abre muchas grietas, contradicciones humanas y plantea muchos debates, pero si me tuviera que quedar con un mensaje, que ha sido el que más me ha llegado y que, al interpretarlo, más me emocionaba tener en el imaginario: hay una frase en la peli que dice “no hay revolución posible sin amor”.

 

Paula Ortiz reivindica en sus proyectos a la mujer en el cine. ¿Qué conlleva trabajar con directoras como ella que luchan por contar más historias donde las mujeres son las protagonistas, dando así más opciones a las actrices en el cine con papeles protagónicos?

Paula es una mujer a la que admiro profundamente y creo que tiene una sensibilidad con respecto al mundo, pero también, por supuesto por ser mujer, con respecto a la manera de abordar la feminidad, los temas que nos incumben directamente a las mujeres... Creo que por eso no podría haber sido de otra manera que La virgen roja tenía que dirigirla ella.

Me ha dado la oportunidad de interpretar un papel que quizá no está tan a la orden del día. Creo que es un papel con una profundidad, una madurez, y un nivel de exigencia profesional y artístico que no se suele ver, sobre todo en gente tan joven. La mayoría de roles que, por nuestra edad, nos toca interpretar es “hija de”, “alumna de” o joven de instituto. De repente, este personaje tenía una magnitud que supera absolutamente todos esos roles. También ha habido un equipo de mujeres brutal, la gran mayoría de las jefas de equipo eran mujeres y eso también se respiraba y nutre el trabajo, y creo que se ve en la pantalla.

OK FLO08137.jpg
OK FLO08117.jpg
OK FLO08112.jpg

 Texto por Fátima L.Ortiz

Diseño por Alfonso Gómez

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

bottom of page