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CARLOS

HIPÓLITO

"Si no arriesgas, no hay arte"

Por: Ana Mora

Abril de 2024

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Desde su infancia el teatro suponía una cita ineludible en la vida de Carlos Hipólito, actor protagonista de la portada de esta nueva entrega de Actores y Actrices Revista. Cada semana, la emisión del programa Estudio 1 reunía a su familia en torno a la obra de teatro programada para la ocasión, “a veces era un Shakespeare, a veces un Chejov, a veces un Arniches, hacían todo tipo de autores y recuerdo que a mí me encantaba”. Pero en sus confesiones Hipólito va más allá, recreando la primera vez que sintió, con apenas cinco años, “ese pellizco mágico” al ver una obra de teatro en vivo y en directo. “De pronto se levantó una tela, luego me enteré de que se llamaba telón” (sonríe), “y apareció un espacio donde había luces, gente que se movía, que cantaba”. “Me quedé completamente hipnotizado, lo recuerdo como si fuera ayer y es curioso porque la sensación de que había algo mágico allí no ha desaparecido”.

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Carlos Hipólito para Actores & Actrices Revista. Foto: Ana Mora

Tras descartar la arquitectura como carrera, una primera elección con tintes de influencia paterna, Carlos se entrega a la interpretación –clases que en un principio alternaba con sus estudios de arquitectura– en lo que, años después, se convertiría en la escuela de William Layton.

 

Cuarenta y cinco años de carrera son los que Carlos Hipólito recuerda ahora emocionado revisitando personajes y episodios fundamentales que han protagonizado su vida artística. Obras como Arte, Romeo y Julieta, Glengarry Glen Ross, El burlador de Sevilla, Macbeth, Rita, musicales como Sonrisas y lágrimas, Follies, Billy Eliot o, cómo no, el indudable protagonismo que adquiere su voz como personaje único y característico de la serie televisiva Cuéntame cómo pasó, son tan solo algunos de los trabajos que han marcado su carrera.   

 

Si bien, Hipólito confiesa que la primera vez que se sitió actor profesional fue con la representación de Así que pasen cinco años, de Federico García Lorca, dirigida por Miguel Narros, donde adquirió consciencia de la presencia del público. “Me di cuenta de que había público y recuerdo que, por primera vez, sentí una sensación de mayor responsabilidad”. Pero ese no fue el único aprendizaje que le concedió esta obra porque “diez años después, que son dos ciclos de ‘cinco años’, nombre que recibe la obra, el mismo director, Narros, me llamó para hacer el protagonista”, “y pensé: oye, algo habré hecho bien, ¿no?” (sonríe).

 

El intérprete alude a la creación como un espacio de reinvención, de exploración, de crecimiento y de desarrollo.  “Si no arriesgas no hay arte”, de eso se trata, de saltar al vacío, de romper muros, de atreverse en espacios y disciplinas alejadas de la zona de confort. Y así es, musicales, comedias, dramas, monólogos, no hay género que se le haya resistido a Carlos Hipólito.

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      El teatro es un enfermo terminal con salud de hierro, no morirá nunca, se acabarán otras cosas y el teatro seguirá

      Tenemos que recuperar el mirarnos más los unos a los otros

Carlos Hipólito para Actores & Actrices Revista. Foto: Ana Mora

     Si no arriesgas no
hay arte

     La sensación de que había algo mágico no ha desaparecido

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Carlos Hipólito para Actores & Actrices Revista. Foto: Ana Mora

 

Ahora, protagonizando la obra Burro, Carlos se reencuentra curiosamente con este animal que le llevó por primera vez a las tablas con un pequeño papel que le ofrecieron en la obra Proceso por la sombra de un burro. “Ahí ya pisé un escenario y, claro, me sentía tan importante: yo iba al teatro a prepararme para hacer una función a la que venía gente que había pagado su entrada”.

En este viaje a través del recuerdo, Hipólito alude al poder de la memoria, “saber el que fuiste te ayuda mucho a entender el que eres hoy”, “¿qué me hizo decir ‘quiero ser actor, quiero dedicarme a esto’?, si recuerdas esto, probablemente no te pierdas”, reconoce. “Y en eso estamos todos, ¿no? saber el que somos, para qué estamos aquí, qué pintamos aquí y cómo podemos mejorar”.

 

Reflexionando sobre la profesión, Hipólito plantea un acertado paralelismo entre la razón de ser de la interpretación, su configuración, su esencia, y su puesta en escena: “somos un equipo en cada función y en cada película que hacemos, pero también somos un equipo como profesión, por eso tenemos que mirarnos con cariño, apoyarnos y ser generosos”. El actor, pionero colaborador en la defensa de los derechos de esta profesión, pone el altavoz en el valor de la unión, de la colaboración y el apoyo de cada miembro del gremio. Cada pieza es importante. “Piensa que nuestra profesión estaba muy desestructurada”, “hacían falta las ideas de todos, pero también la presencia de quienes ordenaran todas esas nuevas ideas”. “Las sucesivas juntas de la Unión han hecho un trabajo muy beneficioso para nuestro oficio, no solo para defender nuestros derechos, sino también para saber cuáles son nuestras obligaciones”. “Y ahora, últimamente, creo que se ha hecho un trabajo estupendo con el Estatuto del Artista”, reconoce.

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Carlos Hipólito protagonista de la obra de teatro 'Burro'

 

Ya desde sus inicios, su carrera no ha estado exenta de reconocimientos que abalan y celebran su trabajo. Carlos Hipólito fue el primer intérprete en recibir un premio de la Unión de Actores y Actrices en la primera edición de 1991, llevándose el reconocimiento a Mejor Actor Protagonista por La verdad sospechosa, bajo la dirección de Pilar Miró, una obra a la que dedica palabras de especial agradecimiento Además, es el actor que más nominaciones y premios ha recibido de la Unión “que te den un premio de la Unión significa que ha gustado tu trabajo, pero también, y lo más importante, significa simpatía y cariño por parte de tus compañeros”. Y no iba a ser menos en esta última edición de los Premios de la Unión de Actores y Actrices, donde Carlos Hipólito ha sido nominado a Mejor Actor Protagonista de Teatro por El proceso.

 

 “Quizás nuestro oficio será también un reflejo de la sociedad en la que estamos: tenemos cada vez más acceso a cosas distintas, pero, a la vez, cada vez estamos un poco más solos en la soledad de las pantallas”, reflexiona Carlos al plantear que la profesión ahora es bastante más individualista. Echando la vista atrás, Carlos recuerda cómo “hace años después de las funciones nos reuníamos más, había más lugares para comentar con compañeros la jugada del día”. “Tenemos que recuperar un poco el mirarnos más los unos a los otros”.

 

A los más jóvenes aprendices de esta profesión, Carlos Hipólito también dedica unas palabras: “haciendo papeles pequeños se puede ser inmensamente feliz, no hace falta ser el protagonista para estar pletórico y contento”, “todos los personajes, por pequeños que sean, tienen momentos bonitos”. No se trata de correr, las prisas nunca fueron buenas y esto es más bien “un trabajo en equipo, donde los papales de apoyo son fundamentales”.

 

Para terminar, el intérprete no duda en hacer un alegato a las artes escénicas. “El teatro es un enfermo terminal con salud de hierro, no morirá nunca, se acabarán otras cosas y el teatro seguirá”, sentencia con una seguridad esperanzadora en defensa de este arte que enarbola la bandera de la tolerancia, la empatía y propio reconocimiento. “En la medida en el que podemos entender otras formas de comportamientos que no son las nuestras nos convertimos en personas mejores, más tolerantes”.

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Carlos Hipólito y Anabel Alonso durante la celebración de los Premios de la Unión en el año 1995

 Texto por Ana Mora

Diseño web por Alfonso Gómez

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