MANUELA
VELASCO
"Con lo maja que soy, siempre me
dan papeles de villanas"
Por: Fátima L. Ortiz y Alfonso Gómez
Julio de 2025

Manuela Velasco para Actores & Actrices Revista.
Con la ilusión de una niña -de la misma niña que debutaba en 1987 en La ley del deseo, y que acompañaba a su tía Concha Velasco a los teatros, descubriendo el mundo de los camerinos y las bambalinas- es cómo Manuela Velasco habla de Federico García Lorca. Interpretar alguno de los personajes de sus obras, como Comedia sin título o La casa de Bernarda Alba –por nombrar solo algunas, aunque la lista es infinita–, afirma que es su gran trabajo pendiente.
Comenzando como “niña Almodóvar”, relata que cuando conoció a Carmen Maura la sintió “de la familia desde el primer momento”, y también revela que estaba convencida de que la elegirían para La ley del deseo: “Me recuerdo botando la pelota mirando al suelo diciendo ‘voy a hacer una película, voy a hacer una película’”.
Manuela Velasco acumula una prolífica carrera de más de 20 años, y es plenamente consciente del esfuerzo y la lucha de sus compañeros y compañeras por conquistar derechos “que ahora nos parecen normales, como tener un día de descanso o no hacer tripletes todos los días: tenemos que honrar y preservar lo que lograron”. Además, subraya la relevancia de la Unión de Actores y Actrices en la defensa del oficio: “Yo sé que La Unión pelea porque nuestro trabajo sea comprendido dentro del sistema: que se entienda que es un trabajo, y que es particular”.

La función no la hacemos solo los actores, la hace el público con nosotros.

Apasionada de las ballenas jorobadas –a las que pudo observar en un viaje a Australia–, Manuela revela que Cantando bajo la lluvia es una de sus películas favoritas de todos los tiempos, por su amor a los musicales desde pequeña –bailaba y hacía claqué– y por cómo retrata el oficio de interpretar.
La actriz, que no puede evitar que se le iluminen los ojos al hablar de teatro, sostiene con entusiasmo: “La función no la hacemos solo los actores, la hace el público con nosotros: por eso no siempre es la misma función”. Esta confianza que transmite cuando se refiere al escenario, como ocurre al hablar de El sillón K y la investigación que llevó a cabo para interpretar a Carmen Conde, no se refleja del todo en el ámbito audiovisual: “No me puedo ver en el combo, porque me vengo abajo, me entra toda la inseguridad del mundo”.
Velasco reconoce que tiene millones de manías, como volver a lavar los vasos aunque ya estén limpios, porque –según confiesa– le da pánico enfermarse justo antes de salir a escena por alguna bacteria imprevista. Defiende la empatía como un valor esencial, y en su bolso podrías encontrar cualquier cosa “por si acaso”, desde colmillos de vampiro de plástico hasta un rosario, pasando por abrelatas, sacacorchos y bragas de todos los colores y formas: “Es todo de formación profesional”, comenta entre risas. Sus compañeros de gira ya no cargan nada extra: saben que ella lo hará. “No he sido madre, pero me siento madre de todos ellos”, asegura con ternura.

Es absurdo que me comparen con Concha Velasco
En la juventud me rebelé mucho con la idea de llamar la atención por ser familiar de una actriz tan querida, yo quería valer por mí misma
Siente una profunda admiración por Javier Bardem, con quien coincidió en la escuela de interpretación Corazza y con quien interpretó Macbeth. Con una expresión de orgullo, rememora esa experiencia y destaca del actor su proceso creativo, algo que la fascinó: “En qué fuentes se mete, por qué caminos se va a explorar y su extraordinaria generosidad como compañero en escena”.
Manuela Velasco vive la interpretación como una vocación que la atraviesa desde la infancia. Consciente, comprometida y apasionada, representa a toda una generación de artistas que no solo actúan, sino que también protegen, celebran y transforman su oficio, y hoy se sienta con Actores Actrices Revista protagonizando la portada nº 142 para contárnoslo todo.


Texto por Fátima L. Ortiz
Diseño web por Alfonso Gómez
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