Antes de dirigir una de las mayores productoras de teatro musical en España, Yolanda Pérez hablaba el lenguaje del marketing y el turismo. Hoy, desde su puesto desde 2017 como directora general en Stage Entertainment, gestiona algunos de los títulos más exitosos de la cartelera madrileña y defiende con claridad que los musicales son cultura que mueven turismo. Para ella, el impacto es evidente: “Hoy cualquier turista piensa en Madrid y claramente piensa en musicales”.
Su trayectoria está hecha de decisiones complejas y una gran responsabilidad, dada la gran inversión que supone producir un musical. Es por eso por lo que cada producción que llega a los teatros Lope de Vega o Coliseum responde a una lógica: “Siempre intentamos traer lo mejor, que encaje con los gustos y con las expectativas de nuestro público, que es el español”.
En un sector en plena evolución, Yolanda defiende con fuerza realizar producciones oficiales autorizadas para poder crear un sector de calidad, fuerte y sostenible, a la par que marca un límite claro a la tecnología: “Estoy a favor de la tecnología, pero siempre al servicio de la calidad artística y del arte: jamás de los jamases un holograma debería sustituir a un actor”. De hecho, si algo tiene claro es el talento que pisa sus escenarios, gracias a la profesionalización tan fuerte de los intérpretes en los últimos años.
Con la vista puesta en el futuro, Stage se prepara ya para su tercer teatro en Madrid previsto para 2027. “Va a ser el mejor teatro de musicales de Europa, objetivamente: lo llamamos el teatro del futuro”, adelanta. Y lanza una promesa para quienes ya esperan los próximos estrenos: “Lo único que puedo decir es que vamos a traer cosas que van a ser muy flipantes”.

Después de haber trabajado en marketing y gestión de empresas turísticas, ¿cómo llegaste al mundo de los musicales?
Las últimas empresas donde trabajé eran del sector turístico y siempre como directora de marketing, directora comercial, etc. Y yo entré en Stage como directora comercial y de marketing, de hecho. ¿Y por qué? Porque al final los musicales atraen muchísimo turismo. La forma de comercializar los musicales, en muchos de los casos, y sobre todo en aquella época, era mucho a través de canales turísticos. Y en el fondo es un entretenimiento, es cultura que mueve turismo. Entonces, a raíz de eso, contactaron conmigo entre directora de marketing y comercial y al cabo de un par de años ya me promocionaron a directora general.
Claro, porque El Rey León, por ejemplo, se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más emblemáticos de Madrid, la gente viene a la ciudad expresamente a verlo. ¿Qué opinas sobre la contribución de los musicales a la riqueza de una ciudad?
Fíjate, El Rey León, con el que llevamos ya como 7 millones de espectadores, a día de hoy el 85 % de nuestros espectadores son turistas, son gente que no vive en Madrid, que son en su mayoría españoles, también latinoamericanos, pero que han venido a Madrid para velo. Con lo cual, obviamente es un motor cultural, económico de la ciudad, genera no solamente empleo directo, sino empleo indirecto y atrae turismo de calidad. Se ha convertido ya en un icono de la ciudad, como pasa en Nueva York o en Londres, que ya forma parte del paisaje de la ciudad.
'El Rey León' , el musical

El musical de 'El Rey León' se ha convertido en un icono de la ciudad.
Desde tu posición como directora general en Stage desde 2017, ¿cómo has visto la evolución del teatro musical y también de su audiencia en España?
Ha sido una evolución la verdad que impresionante, no cuando entré yo, sino cuando empezó Stage, que este año hemos cumplido 25 años. Sí que había oferta de musicales, pero muy poca, básicamente éramos nosotros y un par más. Era una cosa vista un poco como de nicho y hoy es una parte esencial de la oferta cultural de España. Hoy cualquier turista piensa en España y más concretamente en Madrid, y claramente piensa en musicales. La oferta ha crecido mucho, se ha diversificado, hay todo tipo de públicos, hay gente que viene en pareja, familia, gente de Madrid, gente de fuera, turistas. Y básicamente es gente que lo que tienen en común es que busca, yo creo, calidad artística.
Se dice que España es el Broadway en castellano, ¿qué crees que podemos aprender de esas producciones estadounidenses e inglesas?
Realmente creo que lo que tenemos que aprender es homogeneizar la calidad. En Broadway y en West End hay mucha autorregulación para que todos los musicales tengan la misma calidad, para que cuando una persona vaya, elija el musical que elija, sepa que va a encontrarse con unos estándares de calidad elevados. En España todavía no ha llegado eso. En España desgraciadamente, aunque hay gente como nosotros que apostamos por la calidad, también hay gente que todavía no y está ofreciendo pseudo musicales, a precio de musicales y está rompiendo un poco con esa regulación. Lo mismo pasa con las condiciones laborales.
Justo queríamos preguntarte sobre esto, ya que ser el Broadway español es también una responsabilidad, existen diferencias económicas evidentes, pero en el resto de las condiciones de trabajo, ¿España debe converger en derechos laborales con Londres y Nueva York?
Los derechos laborales tienen que ser idénticos, tienen que ser los mismos y tienen que ser entornos laborales dignos, seguros y que sean sostenibles, yo creo, para todos los profesionales, que podamos avanzar en derechos todos al mismo tiempo.

Estoy a favor de la tecnología, pero siempre al servicio de la calidad artística y del arte.
Ya no hay una industria americana o española, cualquier película o serie necesita tener un concepto global, aunque sea un presupuesto grande o pequeño, las fronteras han desaparecido
Y por otro lado, ¿has visto avances en términos de equidad de género en los musicales en los distintos ámbitos (dirección, producción, interpretación)?
Pues mira, se está avanzando pero queda camino por recorrer. La interpretación es el único subsector donde hay una presencia femenina importante, porque no queda otra, esa es la realidad. Pero en dirección, en producción, en diseño técnico, partimos de una situación histórica de mucha minoría para las mujeres. Cada vez hay más mujeres liderando equipos creativos y técnicos, pero todavía, como pasa en muchísimos otros sectores, queda mucho camino por recorrer. Estamos todavía a mitad de camino.
Stage realiza producciones autorizadas oficiales y contenido creativo propio. ¿Crees que aporta valor añadido ofrecer estas obras fielmente pero en español?
Totalmente, totalmente. Es que para mí, para Stage, pero para mí personalmente, no queda otra. Es que eso es parte un poco del problema que comentaba antes: ¿Por qué una persona que vive en Madrid tiene que ver una producción de menor calidad que la original? No tiene sentido. Creo que si estamos ofreciendo cosas que se llaman igual pero que no son lo mismo, estamos engañando, y eso no contribuye para nada a crear un sector profesional y fuerte y que siga creciendo de manera sostenible. Claro que aporta valor añadido, es que es como tiene que ser, es la experiencia que tiene que ser la misma, tiene que ser única, aquí o en Nueva York, da igual.
¿Este factor también es decisivo a la hora de escoger qué espectáculos producís? ¿Cómo se decide qué espectáculos se producen?
Lo que intentamos siempre y lo que yo creo que humildemente conseguimos es traer lo mejor, lo que está ahora mismo, que lleva poco tiempo o que está gustando mucho. También tenemos muy en cuenta el gusto del público español, que no es el mismo que el de otras ciudades, con lo cual hay musicales que por muy espectaculares que sean o a nivel calidad sean lo mejor, no van a funcionar en España, por un tema también de tipología de mercado, de carácter, de un tema cultural. Siempre intentamos traer lo mejor que encaje con los gustos y con las expectativas de nuestro público, que es el español.
¿Porque hay algún musical que hayáis intentado traer y que ha sido imposible por esto u otros factores?
Nosotros tenemos la gran suerte, y porque es un trabajo que hemos hecho, al final somos los primeros que llegamos a España, los que creamos todo este sector y además somos una empresa internacional con sede en muchos países, entonces eso nos da una fortaleza a nivel internacional que siempre que queremos un musical lo conseguimos. En ese sentido no hay problema. Sí que es verdad que a mí personalmente me hubiera gustado traer musicales, pero al final yo tengo un compromiso y tengo una responsabilidad y traer un musical es una inversión enorme. Hacemos muchísimos análisis de mercado, preguntamos mucho a los consumidores, y hay musicales que me encantan, pero sé que no van a encajar y no lo puedo traer porque es una responsabilidad muy grande desde un punto de vista empresarial. Eso sí que ha pasado, pero que no hayamos podido, la verdad es que a día de hoy, toco madera, no nos ha pasado nunca.
¿Cuál dirías entonces que es el mayor reto de un musical?
Pues es un poco ese, es muy intensivo en capital y en recursos. Cuando tomas la decisión de traer un musical, toda la inversión que tienes que hacer es enorme y cuando empiezas a preproducirlo y a vender las entradas, ya no hay vuelta atrás. Además tienes que contratar a gente, en nuestro caso, para cada musical tenemos a unas 200 personas en cada teatro. Por eso una vez que ya la bola ha empezado a girar, eso tiene que funcionar. Entonces, lo más difícil es traer algo que sea una garantía de éxito, no equivocarte en el título.

En España contamos con los mejores actores y actrices, porque lo hacen todo.
Hay que hacer más producciones que sean 100% la original.
La pandemia cambió muchas cosas en la industria cultural y tuvisteis que cerrar durante mucho tiempo. ¿Qué aprendizajes os lleváis de esa época?
Estuvimos cerrados 18 meses en nuestro caso. Fue horrible. Pero creo que nos enseñó la importancia de la resiliencia. Se hablaba mucho de la resiliencia, pero realmente cuando la tuvimos que poner en práctica fue en ese momento, que había que resistir, había que aguantar, porque al final de ese túnel, que no sabíamos cómo iba a ser de largo, sabíamos que iba a haber luz. También el valor de la flexibilidad, de poder adaptarnos a buenos tiempos pero también a malos, como fue aquel. Y luego creo que a nivel general, un aprendizaje no solamente para nosotros como empresa productora de musicales, sino para todos, fue el valor que tiene la cultura en la sociedad: las personas del mundo de la cultura, de una manera absolutamente generosa, dieron lo que cada uno sabía hacer, y nos hicieron la pandemia un poco más llevadera. Yo creo que la pandemia puso la cultura en el centro de nuestras vidas.
También a raíz de la pandemia la nostalgia se puso de moda y sigue estando a la orden del día, ¿crees que esto juega un papel decisivo en la audiencia como para seguir yendo a ver obras como Aladdín, Cenicienta o El Rey León, más allá del público más joven?
Yo creo que, fíjate, más que la nostalgia, lo que es importante en estos musicales es que tiene un mensaje muy positivo en el fondo. Entonces, una de las cosas que yo creo que pasó después de la pandemia es que aprendimos mucho más a disfrutar y valorar el día a día. En mitad de pandemia parecía imposible volver a pisar un bar o volver a abrazar a alguien. Yo creo que aunque el ser humano se adapte a lo bueno y a lo malo muy fácil, creo que esa sensación de cuidar más a las personas, de disfrutar de momentos de calidad con la gente a la que quieres, de valorar que cada día pueden pasar cosas nuevas, también hace que la gente busque este tipo de musicales que te garantizan esas dos horas y media de felicidad absoluta, y creo que eso es muy positivo.
Además también nos vamos adaptando hoy día a un mundo digitalizado. ¿Qué crees que sigue haciendo especial la experiencia del teatro en vivo con todo este auge de las plataformas y nuevas tecnologías?
Nosotros tenemos un público muy joven, que prácticamente ha nacido con pantallas. Pero yo creo que es insustituible el hecho de estar en un sitio con más gente que está viviendo exactamente lo mismo que tú. Creo que eso también nos lo enseñó la pandemia, el valor de vivir cosas en comunidad, de estar riéndote a la vez, llorando a la vez, disfrutando a la vez. Creo que eso es mágico e insustituible, como tener a todos esos actores, técnicos, músicos haciendo eso para ti en ese momento. Lo que ves cada día es lo mismo, pero no es lo mismo: esa sensación de que estás viviendo realmente algo único e irrepetible no se va a sustituir jamás. Entonces creo que los dos mundos van a coexistir. Obviamente las pantallas son muy cómodas y nos permiten hacer cosas en casa sin tener que quitarnos el pijama, pero creo que el contacto social y el disfrutar de sensaciones únicas como seres humanos, nunca jamás vamos a dejar de querer hacerlo.
También ahora mismo está muy en auge el teatro en streaming, ¿qué opinas tú sobre eso?
No tiene sentido pasar a dos dimensiones algo que tiene tres y que tiene unos matices que en streaming no existen. Puedo entender ciertas situaciones, porque hay personas que, desgraciadamente, todavía a día de hoy, no tienen acceso a la cultura en vivo, pero donde sí tengamos, creo que nunca deberíamos irnos al streaming.
Además, más allá del streaming, la tecnología se usa para las obras de teatro, como proyecciones de hologramas, inteligencia artificial, realidad virtual… ¿Cómo crees que la tecnología está transformando la forma en que se crean y producen los musicales?
Yo apoyo la tecnología, pero siempre al servicio de la calidad artística y del arte: jamás de los jamases un holograma debería sustituir a un actor. Jamás una grabación tendría que sustituir a un músico, jamás una inteligencia artificial tendría que sustituir la labor de un guionista. Nunca. Si está puesto al servicio para añadir valor a lo que las personas hacemos, por supuesto, pero que no reste: no debemos sustituir jamás a humanos con tecnología.

La pandemia nos enseñó la importancia de la resiliencia y puso la cultura en el centro de nuestras vidas.

'Aladdín, el musical'
Los musicales requieren una combinación única de talento en canto, actuación y danza. ¿Qué es lo que más valora al seleccionar a un actor o actriz para un papel en una gran producción?
Una de las cosas que he visto en la evolución del teatro musical es esta: cómo se han profesionalizado los actores. Yo me acuerdo cuando al principio en algunos casos tenías que priorizar una de esas tres cosas, porque era dificilísimo encontrar a alguien que cantara, bailara y actuara e hiciera las tres cosas a la perfección. Entonces decías “bueno, en este caso voy a renunciar un poquito, que igual baila peor, pero tal”. Desde hace unos años, hay tal profesionalización de los actores y hay unos actorazos en España que no tenemos que renunciar a nada, contamos con los mejores, porque lo hacen todo.
Con esta profesionalización generalizada, ¿qué les dirías a los actores y actrices para destacar entre tanto talento a la hora de presentarse a una audición para un musical?
Es que no es algo que dependa de ellos, es que son todos, de verdad, buenísimos. Y muchas veces la elección es por cosas que son ajenas a ellos; por un tema de encaje con la persona que vaya a hacer de su pareja, -me invento-, o por un pequeño rasgo… Tenemos que tomar decisiones basándonos en cosas tan minúsculas que al final te diría que lo que tienen que hacer es estar preparadísimos como están y al final siempre encontrarán su oportunidad. A nosotros nos ha pasado muchas veces de gente que ha empezado con nosotros, que ha estado en el elenco haciendo papeles muy secundarios, que han acabado de protagonistas en otros musicales, han presentado la audición y justo es que para ese musical era la persona perfecta. Yo jamás me atrevería a darles consejos porque son genios y genias. Lo que tienen que hacer es perseverar, lo que tienen que hacer es seguir siempre como tenemos que hacer cualquiera, cada uno de nosotros en nuestras profesiones, formándonos siempre y con un poquito de suerte, que la necesitamos todos siempre en esta vida, llegará su papel.
¿Y cómo crees que evolucionará el teatro musical en España en los próximos 10 años?
Te puedo decir lo que me gustaría a mí: me gustaría que cada vez hubiera más empresas profesionales, profesionalizadas, haciendo musicales para poder consolidarlo. Digamos que es una parte esencial de nuestra cultura, pero necesitamos reafirmarlo. Hay que hacer más producciones originales, que sean 100 % la original. Hay que apostar por la innovación de contenidos, pero siempre respetando a las personas por encima de todo. Y esto solamente pasará si seguimos escuchando al público. Lo que tenemos que hacer es darle a la audiencia lo que quiere, porque la audiencia es listísima, no hay que pensar que sabemos más que ellos. Yo soy muy partidaria de escuchar y de entender y darle a la gente lo que quiere y lo que le apetece.
Actualmente, ahora mismo, si pudieras elegir cualquiera, ¿a qué musical te gustaría hincarle el diente?
No te lo puedo decir, es que no te lo puedo decir (risas). Vamos a traer cosas que van a ser muy flipantes, es lo único que te puedo decir. Que estén atentos, que vienen cosas muy chulas.
Además, anunciasteis la apertura de un tercer teatro en Madrid, en el Parque Tierno Galván...
Lo vamos a abrir en 2027. Es una concesión de un teatro, pero estamos haciendo unas obras de reforma inmensas que van a durar dos años. Y va a ser el mejor teatro de Europa, objetivamente, por la calidad de todo lo que estamos incluyendo, por la tipología de teatro. Lo llamamos el teatro del futuro porque va a incorporar absolutamente todo lo último en tecnología, como ya te he contado, no para sustituir a nadie, sino para ayudar, que haga que el trabajo de nuestros técnicos sea más fácil, que los actores y los músicos puedan lucirse a tope, que la gente disfrute muchísimo. Estamos muy contentos.
Texto por Fátima L. Ortiz
Diseño web por Alfonso Gómez
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