FESTIVAL IBEROAMERICANO DE TEATRO DE CÁDIZ
Actor y actriz de la compañía “Voadora”
De nuevo con el otoño llega el FIT a Cádiz. Este año la edición 33. Como dijo uno de los personajes de la obra cubana Jacuzzi: “Cuando el médico te pone la mano en la espalda, te pide que digas treinta y tres”.
Piensa este cronista que 33 años de existencia dan para intentar un diagnostico general de su salud, de su presente y de su futuro: después de estos años lo primero que se nota es que la ilusión y las ganas de seguir consolidándose en el panorama teatral siguen intactas, pese a que no es fácil superar algunas circunstancias que lo rodean y a veces lo arrinconan. Este festival acorta con arte la distancia que separa el continente americano de la Península Ibérica, su carácter de iberoamericano le da una dimensión especial. Esta vez, con 22 grupos de 8 países que llenaron de buen hacer la programación, obras para el disfrute del público y para avanzar, o por lo menos para que no decaiga la idea de acercamiento sin complejos de los países de la comunidad iberoamericana. Parece ser que cuando lo diverso trabaja en armonía suele dar resultados que aportan belleza y conocimientos nuevos.
La tarea, es la de siempre. Por un lado, mantener el interés del publico y por el otro llamar la atención de las instancias políticas y profesionales que manejan los teatros y los presupuestos para la cultura: Cádiz es importante para la gente del teatro de “allende y aquende” y también para los públicos de las dos orillas del atlántico.
La mayoría de los hombres – todavía no hay mujeres - de teatro latinoamericano que ocupan carteleras de los escenarios españoles son argentinos y todos han entrado en la península de la mano de espectáculos programados por el FIT. Pero esto ha sucedido también en la otra dirección, por ejemplo, la Zaranda, además de su buen hacer, debe en buena parte su prestigio y su amplia andadura a que desde el FIT se proyectó hacía Latinoamérica y hacia algunos escenarios europeos; hoy por hoy, es fácil encontrarlos actuando por Colombia, Uruguay, Argentina, Costa Rica; Miami… Allí, sus funciones son bienvenidas y acogidas con entusiasmo; así pasaba con el primer Joglars, es decir, teatro de ida y vuelta. La impronta de Enrique Vargas llegó con El Hilo de Ariadna a la bahía hace 23 años y continúan en Barcelona haciendo labor con El Teatro de los Sentidos, buscando excelencia poética.
Odisea 80. Nacho Vilar Producciones. Teatro de Calle
En los países del continente americano actualmente se monta un número considerable de textos españoles, clásicos y contemporáneos; en menor cuantía se montan aquí autores de allá, no muchos, más bien pocos, pero en los dos casos la cantidad ha aumentado notoriamente gracias a las treinta y tres ediciones del FIT.
El evento sigue cumpliendo con su cometido principal: facilitar el encuentro teórico y práctico de los artistas de los distintos países que acuden. Con sus obras, sus ilusiones y sus preguntas llegan al festival, Cádiz los acoge y allí se reúnen, celebran, acuerdan, disienten, hacen talleres conjuntos y mantienen vivo mediante el intercambio de prácticas y teorías el viejo oficio teatral, este tipo de encuentros le da nuevos aires, oxigeno. Salud necesaria para perdurar en un mundo que va muy rápido, en el que lo que no produce mucho dinero en poco tiempo lo tiene difícil; en esa situación están la poesía, las artes, la educación y en el caso que nos ocupa el teatro. Mientras, crecen los presupuestos destinados a la guerra y muchos niños mueren sin comida, sin educación y sin acceso a lo lúdico, a la cultura y al juego; horrible, esperpéntico. ¿Qué adjetivos usarían Don Ramón del Valle-Inclán y Federico?
Tras tantos años asistiendo al FIT, viendo las obras y hablando con los hombres y mujeres que lo hacen posible, el cronista constata que viejas dudas tenían fundamento, algunas ahora son casi certezas. Por ejemplo: Que no siempre las funciones en las que más se habla son las que más cosas importantes dicen. Que la calidad teatral no es directamente proporcional a la cantidad de ropa o de desnudos que exhiban los actores y las actrices en las obras. Tampoco la cantidad de dinero invertido en parafernalia es sinónimo de calidad, incluidos los efectos audiovisuales y las máquinas de humo. Como con la cantidad de palabras, el más largo minutaje no es igual a la suma de tiempo que la obra llega de verdad al espectador, por el contrario, muchas veces les sobran diez minutos, inclusive después de habérselos quitado. Que las obras no solo por ser raras son modernas y que no es lo mismo teatro serio que teatro aburrido. Que es impagable el buen teatro porque es un arte vivo, por tanto, efímero, ya que nada de lo vivo puede esquivar la muerte.
Luces de bohemia de Ramón del Valle Inclán , por El Teatro Clásico de Sevilla
ESPECTÁCULOS DE OCHO PAÍSES
En la presente edición, representaron las compañías funciones que cubrían un amplio abanico estilístico. Acuden normalmente a esta cita el teatro, la danza, el teatro circo, la performance, el flamenco, el teatro de calle, teatro musical… Este año, de sala, por España seis espectáculos de: ANDANZAS - TNT, EXCÉNTRICAS PRODUCCIONES, MARTA CARRASCO, VOADORA, EL TEATRO CLÁSICO DE SEVILLA, TITZINA TEATRO y RON LALÁ; de Argentina llegaron, PABLO ROTENBERG y SUTOTTOS; de Chile también dos; TEATRO CUERPO LÍMITE y TRIO TEATRO BANDA; dos de República Dominicana, CASA DE TEATRO y la COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA; de México, CÉZAR ENRÍQUEZ CABARET; Del Ecuador, CONTARELVIENTO TEATRO; de Cuba, TRÉBOL TEATRO y de Estados Unidos, TEATRO AVANTE. En lo que se refiere a los actos en las calles gaditanas: MARIA CAVAGNERO, SCANDALL TEATRAL, ALICIA SOTO-HOJARASCA, MARACAIBO TEATRO, NACHO VILAR PRODUCCIONES Y LA TRÓCOLA CIRC. Además, los habituales “Actos Complementarios”, charlas y ponencias con temas de interés común articulados alrededor de los “Encuentros de Investigación Teatral, Cruce de Criterios”. Y algo muy destacable, los “Encuentros de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas”.
Este festival es único en el sentido de que la programación permite que, en una lengua común, se cuenten relatos y resuenen poemas escénicos de lugares muy distantes y distintos, de la Patagonia a los Pirineos. En Cádiz la cita es a tres bandas, con los gaditanos, con el mar y con el quehacer teatral. La gente de las distintas geografías se mezcla en la calle, el público y los actores, en los teatros y en los restaurantes o en los bares, hablan y se escuchan; Cádiz tiene el mestizaje como punto de partida y de llegada. Al Atlántico que une y separa los dos continentes le consta, sus olas besan indiscriminadamente las dos orillas.
Las autoridades culturales deberían aprovechar bastante más el privilegio que significa que sus ciudadanos compartan lengua, algunas tradiciones, y trozos de su historia, etc. Podrían apostar más por el arte, para acercar sus pueblos y que estos reconozcan las diferencias y disfruten de las similitudes, para abrir ventanas y compartir anhelos, para intentar sanar las heridas, las nuevas y las viejas y para reírse, para reírse mucho mientras nos queden alientos; mientras nos dejen alientos. Con treinta y tres vértebras se nace.