La Unión de Actores y Actrices alza la voz en este 1 de mayo, 'Día Internacional del Trabajador y de la Trabajadora', no como un simple gesto, sino como una necesidad urgente. La precariedad, la inestabilidad y la incertidumbre han sido durante demasiado tiempo las sombras de una profesión que exige ser reconocida, protegida y dignificada.
Este año, figuras consagradas y nuevas generaciones de la interpretación se unen en un grito compartido. Intérpretes como Karla Sofía Gascón, Alberto Ammann, Silvia de Pé, Víctor Clavijo, Juanjo Artero, Natalia Verbeke, Ginés García Millán, Zoe Bonafonte y muchos otros prestan su voz para denunciar la fragilidad de un sistema que, pese a su esplendor, esconde una realidad de contratos efímeros, derechos vulnerados y futuro incierto.
Este 1 de mayo, gritamos por la frustración de décadas de precarización laboral. Gritamos por contratos y salarios dignos, por espacios seguros, por un Estatuto del Artista que proteja la esencia de nuestra profesión. Gritamos por cada compañero y compañera que ha visto desdibujados sus derechos dentro y fuera del escenario. Gritamos porque sin cultura no hay sociedad, porque sin arte no hay memoria ni identidad.
Pero este grito no es solo queja: es resistencia. Es la afirmación de una profesión que se niega a ser invisible, de una comunidad que se alza unida para reclamar lo que le corresponde. La Unión de Actores y Actrices reafirma su compromiso inquebrantable con la dignidad del sector. Trabajamos incansablemente para que nuestras reivindicaciones se traduzcan en realidades: mejores condiciones laborales, cambios legislativos justos y el reconocimiento merecido para actores y actrices.






Hemos conquistado avances históricos como la reforma fiscal del Estatuto del Artista, un hito en el reconocimiento de la intermitencia de nuestro trabajo. Pero no nos detenemos aquí. Seguimos en pie de lucha, porque el arte y quienes lo hacen posible merecen un futuro sin precariedad, un horizonte donde la pasión por interpretar no esté reñida con la estabilidad.
Por ello, los actores y las actrices deben seguir alzando la voz para exigir el lugar que merecen en el mundo del trabajo. Porque actuar no es solo un sueño, es un oficio que merece respeto, estabilidad y garantías laborales.
En este 1 de mayo, celebremos la pasión por la interpretación, pero también reafirmemos nuestro compromiso con la lucha por una profesión más justa y digna para todos.
Y nada de esto sería posible sin nuestra afiliación. A vosotros y vosotras, que sois la esencia de esta Unión, os debemos cada paso adelante. Gracias por vuestra entrega, por vuestra valentía y por no rendiros nunca. Gracias por ser la voz de esta profesión y por demostrar que, juntos y juntas, somos imparables.
Este 1 de mayo, alza tu voz. Grita por tus derechos.