Acaba un nuevo año y se podría decir que el 2017 ha sido seguramente uno de los mejores en cuanto a la apuesta por la ficción desde las cadenas de televisión, las plataformas digitales y la producción cinematográfica. Según el Ministerio de Cultura tiene registrado, han sido 182 películas las que se han rodado este año en nuestro país, muchas de ellas se estrenarán en cines el próximo 2018. Aunque ya sabemos que no todas tendrán la oportunidad de ser estrenadas en cines convencionales, al menos un el 40 por ciento tendrá la oportunidad de luchar en la difícil cartelera.
En cuanto a series entre plataformas digitales y cadenas de televisión, este año han comenzado el rodaje un total de 20 ficciones nuevas a lo que hay que añadir las que siguen emitiéndose regularmente ya sea en formato diario o semanal, por lo que se podría asegurar que este año 2017 se han rodado unas 30 series españolas.
Y ahora llega la gran pregunta, ¿eso ha ayudado a bajar el paro entre los actores y actrices españoles? La respuesta es contradictoria, pero a grandes rasgos se podría decir que la cantidad de producciones en este año 2017, a pesar de ser una de las más elevadas de la historia, no contribuyen a bajar el desempleo entre los profesionales de las artes interpretativas sustancialmente. Si es cierto que, ante mayor oferta, más oportunidades, contando con la precariedad laboral del sector, algo que parece que va emparejado a la industria, para la gran mayoría de actores y actrices realizar uno, dos o cinco personajes episódicos no les garantiza un salario mínimo al final del año y tienen que seguir con su plan B para poder sobrevivir mientras esperan sus oportunidades.
Los motivos son muy variados y requieren de varios frentes abiertos, los cuales voy a tratar de explicarlos desde la perspectiva no solo mía sino de grandes profesionales con los que he tenido la suerte de comentar este problema.
En primer lugar, los salarios se han visto reducidos desde la crisis del sector. Es cierto que se revisan todos los años y se producen subidas periódicas en la base mínima, pero es conocido por todos que antes un personaje episódico se pagaba generosamente por encima del mínimo establecido, y en los últimos años es muy raro que se pague por encima de la base que fijan en los convenios.
Por otra parte, las cadenas y productoras quieren contar con las caras más conocidas de la televisión y el cine, incluso en el teatro se puede ver este fenómeno, haciendo muy difícil la inclusión de caras poco conocidas en papeles importantes a pesar del enorme talento que hay en cualquier rincón del país. Algo que limita mucho la búsqueda también a directores de casting. Puede darse que un mismo actor esté en dos o tres proyectos televisivos casi simultáneamente, también afectado por el punto número uno, ya que por muy reconocido que pueda ser un actor o actriz en España, no gana lo suficiente como para poder vivir de hacer una película al año o una serie de 13 capítulos.
Además, un problema añadido es ser actriz, como ya se pudo comprobar en el estudio realizado por la AISGE y la Unión de Actores y Actrices donde se detalla el desequilibrio que hay entre actores y actrices, en el cine apenas tienen un 38 por ciento de personajes, y en la televisión un 44 por ciento de personajes, contando también con que estadísticamente el número de actrices supera al de actores.
¿Y cuáles pueden ser las soluciones? Ese es el difícil reto en el que se tienen que sumar todos los agentes implicados para mejorar la estabilidad de una profesión precaria por naturaleza. Pero lo más importante es señalar el problema para buscarle la solución y conseguir más igualdad, menos precariedad y más oportunidades para todos y eso pasa también por educar al público al que va dirigido, y por no prejuzgarle creyendo que, si en una película o una serie no hay un actor reconocible, no van a verlo, puesto que hay varios ejemplos en nuestra cartelera donde películas españolas con actores poco reconocibles han cosechado un gran éxito. El público quiere grandes historias, y eso ya se hace de mano de guionista y directores magníficos que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y a los que solo queda reprocharles que den más papeles importantes a las mujer.