Se insiste y se ha insistido mucho en esta sección que el riesgo artístico no tiene porque suponer un riesgo para la seguridad y salud del artista. En lo que se ha hecho menos hincapié es que la prevención de riesgos puede convertirse en un elemento artístico del espectáculo.
Esta idea surge viendo VoloV del Collectiu TQM. Un espectáculo de circo de calle que se ha podido ver en el Teatro Circo Price dentro del III CircoRED Market. Obra en la que hay trapecio, cuerda volante y cuerda lisa.
Es decir, que los artistas se cuelgan sobre el suelo a una altura que si se caen se pueden hacer daño, mucho daño. Lo que no sería muy bueno ni para el show ni para el negocio, por la reputación del mismo y porque habría que parar la gira si las lesiones fueran importantes. Incluso cancelar bolos, si las lesiones fueran importantes.
En esta propuesta, hay un número de trapecio en el que los ejercicios y volantines que se quieren hacer impide adoptar medidas de seguridad, como el arnés. En esta situación la mejor medida de seguridad es un colchón de caída que, en caso de producirse una caída en altura, recoja al artista y evite el daño. Igual que lo recogerá cuando termine el espectáculo y salte al vacío.
Pues bien, esta medida de seguridad que se podría haber sacado única y exclusivamente cuando se produce la situación de riesgo, se incluye en el espectáculo. Lo convierten en un elemento más del juego escénico desde el principio hasta el final.
Por un lado, sirve para delimitar y crear espacios. Lugares dentro de la pista que permitan hacer algunos números fundamentalmente cómicos en los que se juega, por ejemplo, con la opción de elongar el cuerpo. O marcar un espacio sobre el que, a modo de pequeño escenario, proyectar una luz y cantar una canción.
Con esta forma de trabajar el colchón de caída en la pista, se va difuminando su función de seguridad, sin que deje de tenerla, y se va convirtiendo en un elemento artístico. Un elemento que los propios artistas desplazan sobre la pista jugando con su tamaño y colocando estratégicamente, con una visión escénica que no abandona la necesidad de dar seguridad a los compañeros que están subidos al trapecio.
Por tanto, VoloV se convierte en un buen ejemplo de que lo artístico y la prevención de riesgos laborales, al contrario de lo que se piensa, no están reñidos. También es un buen ejemplo de eso que los profesionales de la prevención de riesgos laborales llaman la integración de la prevención y que no consiste en tener contratado un servicio de prevención ajeno o propio, sino en que el trabajo se realice, entre otras cosas, para que no se produzca un daño y menos un daño irreparable.
Una obligación para toda empresa, como es una compañía de circo, que se recoge en el art. 16 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales. En el que dice: “La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema general de gestión de la empresa, tanto en el conjunto de sus actividades como en todos los niveles jerárquicos de ésta […]”
Una integración que no le ha impedido a esta compañía con este espectáculo obtener el Premio al Mejor Espectáculo de Calle en la Feria de Teatro de Castilla y León 2021. Un premio que valora única y exclusivamente los logros artísticos.
Como no le impidió obtener un fuerte y agradecido aplauso del público que pudo verlos en el Teatro Circo Price, ni les impedirá obtenerlo allá donde representen el espectáculo. Y que gracias a la propuesta artística y, al uso de las medidas de seguridad que minimizan la posibilidad de daños que obliguen a cancelar, podrán atender todos los bolos que aquí y allá les vayan saliendo.
© Antonio Hernández